Entre la ventana de mi cuarto y la tuya se sueñan
se sueñan los encuentros antojados de tu entorno
y quién sabe cuanto tiempo (maldito tiempo) hace falta
para vestir de agujeros rosas mi existencia
y verte llegar cargado
de la vida que me había estado perdiendo
y que traigas de paso tu boca y los juegos de otrora
y que te quedes
porque si para extrañarte hace falta sólo un segundo
qué será en tantos días
de los fantasmas que lloran sin cuerpo.
martes, 13 de noviembre de 2007
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