No deseo que me perdones por haberte ido consumiendo como un cigarro
Estabas viejo
Y tu sabor a vainilla se había disgregado
No guardo tus cenizas, por si acaso, si ensuciaban mi cenicero
Duraste mucho tiempo guardado
No me culpes del atrevimiento de haberte fumado sin pensarlo
De regalar suspiros grises sin contarlos
De rozar constantemente tus labios
Para al final torcerte el cuello
Apagar la última chispa de tu mirada
Pisotearte
Y dejarte en todos
En todos menos a mi lado.
martes, 6 de noviembre de 2007
menos a mi lado
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