lunes, 17 de diciembre de 2007

me asfixia la envidia

Me asfixia la envidia
No puedo que respires otro aire
Que hables contigo mismo sin que yo lo escuche
No resisto que pronuncies en voz alta
Cosas que no se tratan de mí
Odio que adulen tus rasgos tan míos

Porque es obvio que nadie tiene derecho a pensarte
Me estruja la calma el hecho
De que te propagues con simpleza cada día
Y que manos sucias estrechen las tuyas
Pretendiendo ahogarte en roces impuros al sucio contacto
No soporto eso de que te toquen
Y que llegues a mí todo infectado de carnes erradas
Pidiendo con los ojos un abrazo de arreglo
Me asfixian los celos, la verde envidia
Mientras inspires este corazón de avaro
Que se retuerce en la aversión de un rincón de tus soles.



(No sé si te ha quedado claro que no eres libre)



1 comentario:

Anónimo dijo...

y dicen que la envidia no mata..



hablemos después del tercer silencio.